miércoles, 20 de mayo de 2009

Conciencia Masónica.

 Tú me llevas, conciencia plena, deseante Dios, por todo el mundo.  Y en este mar tercero casi oigo tu voz,    tu voz del viento ocupante total del movimiento; de los colores, de las luces eternos y marinos    Tu voz de fuego blanco en la totalidad del agua, el barco, el cielo, lineando las rutas con delicia,  grabándome con fúlgido mi órbita seguro    de cuerpo negro con el diamante lúcido en su dentro. 

Conciencia Plena”,

 Juan Ramón Jiménez

V:.M:.

QQ:.HH:. Ttod:.


Este hermoso poema de Juan Ramón Jiménez, al ser tan vívido  y provocador de evocaciones, considero retrata más la esencia de la lección que tenemos que abrevar del desbastamiento colectivo, que muchos libros de filosofía, neurología y complejos tratados sobre la conciencia.

¿Qué es la Conciencia? ¿Cómo se relaciona con la Masonería? Tenemos que definirla primeramente.

 Con "sc", "consciencia", nos referimos a la facultad presente en el alma humana de registrar todo aquello que nos ocurre o que ocurre a nuestro alrededor, tomando conocimiento de cada acontecer, de cada objeto, de cada persona que experimentamos como grata o nociva, para actuar en consecuencia.  Su etimología lo ilustra perfectamente: cum; con; scio; síes; scíere, que se escribe precisamente con "sc", es el verbo latino que significa conocer; con conocimiento.

En cambio, si escribimos esta misma palabra con "c" únicamente, nos estamos refiriendo a esa facultad exclusiva del alma humana, que nos premia o castiga, trayendo al campo de lo consciente, con "sc", nuestras buenas o malas acciones, que quizás las podamos ocultar los demás, pero no a nosotros mismos, porque es esa facultad, la conciencia moral que se encarga de llevar nuestras acciones al plano de lo consciente.

Respecto a su definición, no quisiera abundar en definiciones y terminología, ya que de eso está plagada la literatura profana o exotérica.  Me centraré en el axioma de que los masones acuden a la logia a hablar y a aprender de masonería.  No hay que olvidar que es un tema que se presta para ser desbastado en prácticamente cualquier grado masónico, pero que en esta cámara deberá de estar orientado hacia el análisis y consecución de las finalidades que plantea el Gr:. de Apr:. Mas:., que implica ser conscientes del estado de indefensión y tinieblas en el que nos encontramos antes de ser iniciados.

Creo que la mejor definición de conciencia es la que nos permita soñar con despertar un día con una visión límpida, con la percepción clara comenzando por unos ojos renovados con los cuales podamos mirar a la naturaleza  y a nuestros semejantes de una manera tal  que podamos comprenderlos de mejor manera y nos envolvamos en la cotidianeidad en franca armonía, discerniendo aquí y ahora de manera eficaz, escuchando a nuestra voz interior, el cual como un Maestro Secreto, acudirá a nuestro auxilio reiteradamente, sin olvidar la labor de purificación, elevación de los trabajos a  la gloria del G:.A:.D:.U:.  Opuestamente, al actuar en contra de nuestra conciencia, elevamos una afrenta a la fuerza suprema, a la vez que contradecimos nuestra inercia natural hacia lo bueno, veraz y bello.

Vale la pena tomar la esencia del concepto de conciencia de clase, que sin duda es poderoso y arroja muchas luces acerca de lo que somos. En ese tenor, los masones debemos ser conscientes de que somos diferentes, porque tenemos una identidad que incluye un ingrediente adicional  que ha de pesar en la toma de decisiones cotidianas, ya que estaremos ciertos de nuestra misión trascendental en esta vida, de la moral y la virtud, vistas desde la perspectiva masónica que implica ser constructores de nuestro propio destino.

Así como en el mundo profano  actualmente  se  encuentran investigadores dilucidando sobre la posibilidad de elaborar una teoría integral de la conciencia, que incluya cuestiones como la intencional, conductual, cultural y social, bajo una perspectiva multidisciplinaria con visiones como las de las ciencias cognitivas, la introspección, la neuropsicología, la psicoterapia, la psicología social, la clínica psiquiátrica, la psicología evolutiva, la medicina psicosomática, los estados no ordinarios de conciencia, las tradiciones orientales y contemplativas, la conciencia cuántica y las investigaciones de avanzada respecto a las energía sutiles, de tal manera que no excluya al resto de los elementos, debemos de ser capaces de obtener conclusiones de este tema con la misma rigurosidad, desde la perspectiva masónica, para poder estructurar lógica e intuitivamente, una conciencia masónica efectiva.

  Busquemos pues estar conscientes de lo que somos y de lo que queremos, del lugar que ocupamos y de a dónde queremos ir, y en esa consciencia dejemos que la conciencia nos indique nuestro deber, con esa fuerza de un juez, que conoce todas las leyes divinas y humanas, lo bueno y lo malo, lo correcto o incorrecto, lo virtuoso o lo vicioso, de nuestros pensamientos y sentimientos, incluso de las intenciones de nuestros instintos.

Si no lo hacemos, o aparentamos ante la conciencia indiferencia o de plano actuamos con desdén, es porque tenemos miedo a la responsabilidad de tratar de ser mejores; entonces se trata de que perdamos el miedo, y de que no importa cómo escribamos las palabras, sino de la intención o falta de la misma por ser mejores y por ayudar a los demás a que lo sean también.

 Debemos por ello, de permitirnos desbastar nuestros vicios e imperfecciones y así, lograr despejar nuestra conciencia, que será pulida a través del trabajo diario. En ello hay que tener presente que no debemos tener miedo al abandonar un camino, si es que está plagado de imperfecciones o simplemente nuestro Maestro Secreto nos dice lo contrario,  ya que este es individual. Tampoco deberíamos de tener miedo o ira cuando alguien opta por abandonar otro camino.

 

 Or:. de ___, a 19 de mayo de 2009, E:.V:.

 

Frat:.

 

 Masón de Pants

¡Es Cuanto!

 

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